Kumani nace hoy con la ayuda de los guías que siempre me acompañan, a los que quiero dar las gracias por estar ahí en todo momento, por velar por mí y por ayudarme a crecer.

Esta palabra de origen africano significa “destino”. En estos momentos no puedo asegurar qué me depara el destino para un futuro próximo (¡ni para el más lejano!), pero confío en que estará lleno de nuevas y gratas experiencias que me permitirán seguir evolucionando para convertirme en un ser mejor.

Lo que sí tengo claro es que estoy aquí para cumplir una misión: ayudar a los demás y hacer que su existencia sea más llevadera; “sanarlos”.

Sobre la forma y los medios de llevar a cabo esta misión tendremos que hablar más adelante, pues todavía no he encontrado el camino. Pero sé que el tiempo apremia. No debo vacilar ni un segundo, pues no conseguirlo significaría tener que repetir la experiencia. Y no sé si estoy dispuesta a ello.

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